miércoles, 6 de mayo de 2009

De olvidar comer


A veces se me olvida comer,
sobre todo si me encuetro enfrascado
en alguna lectura interesante.
Ya ni te cuento si estoy escribiendo,
ahí soy si cabe mas tajante,
hasta se me puede pasar dormir.
Incluso sonando todas las alarmas
y el rujir de las tripas gritandome ¡COME!
Yo no me inmuto, permanezco ajeno a todo aviso.
Un traguito al agua y otro al zumo
y me abandono de nuevo a las palabras
en mi acogedora habitación del piso
entre cigarrillos humo gris tristeza.
Me quedo tan absorto en mi mundo
que llegar hasta la cocina me da pereza.
Si el arte es morir de frío,
escribir es análogamete morir de hambre.
A menudo pienso que vivir con Rocío
es un extraordinario golpe de suerte,
Estoy seguro que si viviera solo
podría pasar varios días de ayuno
sin darme apenas cuenta.
Menos mal que siempre sabe aparecer
para sacarme al mundo
para sacarme de mí.
Cocinar vuelve a ser delicioso
y si me dice que coma o que duerma
a ella no se decirle que no.
Sin duda es muy tranqilizador
sentir que está en la habitación de al lado,
o sencillamente sentada sin más
en el cristal izquierdo,
como no podía ser de otra forma,
de mis atónitas gafas de sol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario