Lo recuerdo porque aquella noche estabamos de fiesta y yo me queria ir.
-Como si fuese algo nuevo. Pensarás. Tu no estabas, eso para empezar. Por eso mismo
que yo me queria ir.
Pero saliendo por la puerta, se me acercó un mago cojo y enano.
y no veas, del verbo no ver dos montados en un burro, los trucos que hacia,
que manera de sembrar la magia, que manera de permitir que me timen,
por unos instantes te hace sentir como un niño.
Adoro saber que aun hay gente que también sigue retorciendo palabras,
y que hace magia con ellas uniendolas en mil perversiones
palabras que son caricias al alma
al alma mia, al alma nuestra.
Que sigue haciendose preguntas y buscando respuestas,
y que ahora gracias a internet os sigo os leo y os siento muy cerca de mi
y eso que nunca he hablado con vosotros
ni siquiera os he escrito un mail
pero os siento tan cerca, que en cada poema me meto en vuestros pellejos
menuda estirpe la nuestra,
menuda estirpe la nuestra.
Los camareros de los antros que frecuento me dicen que no tengo fondo
-¿tú eres de Dalías verdad? me suelen preguntar.
De Dalías por supuesto que soy, pero
yo lo que quiero pensar es que soy muy profundo, y en el fondo lo soy.
Durante la semana gasto tanto en salidas
que mi madre piensa que tengo agujeros hasta en los bolsillos
(un saludo mamá)
y al fin de semana llego siempre desfondado.
Luego me gusta pensar que soy corredor de fondo,
a pesar de estar algo fondoncete, el aguante es lo mío,
y mira que a mi en Fondón no se me ha perdido nada
pero en el fondo es un pueblo la mar de bonito
para estar a las puertas de la alpujarra.
Me gusta ver una y otra vez el video de Silvia Orion dibujando espirales
me gusta pensar, como ella, que la amabilidad es un arma de destrucción masiva
y que se está mucho mejor alegre sonriendo y follando
que cabreado triste y a burrido.
Que gran descubrimiento querida silvia
y si fuera ese el sentido de la vida
vamos, que si no lo fuera, que más da
como si lo fuera, no vamos a darle más vueltas
y a pasarnos la vida buscandolo
Yo es que siempre preferí ir dando rodeos por los bares,
los amigos, la playa la universidad, la montaña,
y un sin fin de itinerarios, ya me conoces.
Tu vas cogiendo atajos cada vez que se presentan
y así no coincidimos casi nunca en la misma vereda.
-¡¡joder!! ¿ya has llegado a casa?
¡¡a mi apenas me ha dado tiempo a hacerme la primera paja!!
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